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Introducción

La morfología es el área de estudio de la lingüística que se especializa en el análisis de la formación o construcción de las palabras.

Se entiende como unidad mínima de significado completo a la palabra, pero ésta se encuentra constituida por elementos menores que dependiendo de su función, significado y ubicación recibirán distintos nombres.

La sintaxis es la parte de la gramática que estudia la forma en que se juntan las palabras para formar oraciones correctas.

Todo lenguaje tiene una serie de reglas que estable la sintaxis para la elaboración de enunciados que permiten expresar los pensamientos e ideas claramente

Competencia lingüística: morfosintaxis y ortografía

 

La morfología es una parte de la lingüística que se ocupa de estudiar la estructura interna de las palabras. De esta forma, intenta delimitar, clasificar y definir las unidades básicas que forman las palabras, los tipos de palabras que se pueden formar con ellas y los tipos de procesos por los que se forman. La segunda tarea de las citadas es la propia de una subdisciplina de la morfología llamada morfología flexiva; la tercera sería el objeto de estudio de la así llamada morfología léxica.

El término “morfología” es originario del siglo XIX, cuando empezó a emplearse para hacer referencia a “la forma de las palabras” (huelga decir que su uso moderno va mucho más allá, y que la morfología actualmente no se define de una forma tan somera). Proviene, en su origen, del griego μορφ (que significa “forma”), y λογία (que significa ciencia y tratado). Así, morfología significaba en su origen “estudio de la forma”, y se podía aplicar a los animales, las plantas, las rocas, etc.

Cuando se empezó a utilizar para estudiar el lenguaje, la morfología adquirió un significado mucho más específico: “el estudio de la forma de las palabras”. Fue Baudouin de Courtnay el primero en intuir que las palabras estaban formadas por una serie de raíces y afijos capaces de desempeñar la función de signo, en la acepción aportada por Ferdinand de Saussure. Así, quedó fijado el objeto de la morfología no ya en las frases o en las oraciones (cuya forma también se estudia, pero es objeto de otras sub-disciplinas), sino en las palabras, y únicamente en las palabras.

La importancia que se le suele atribuir a la morfología entre las grandes escuelas de estudios lingüísticos es variable. Para los estructuralistas americanos herederos de Bloomfield, por ejemplo, la morfología es nuclear: es la esencia misma de su metodología de estudio. En cambio, la escuela generativa heredera de las enseñanzas de Chomsky no la considera tan crucial, y prefiere, en general, atribuir la centralidad de sus estudios a la sintaxis. Esta disgregación de opiniones ha hecho que la morfología sea hoy en día un campo polémico dentro de los teóricos de la lingüística. No son pocos los que consideran, con los chomskianos, que los procesos de formación de las palabras no son sino consecuencias de la gramaticalización, y que, por lo tanto, la morfología como disciplina no tiene cabida. Otros, sin embargo, consideran que cada campo de estudio que agregue información al campo de conocimiento lingüístico es bien recibido y debe ser impulsado y tenido en cuenta.

En morfología, un morfema es un monema dependiente, es decir, un fragmento mínimo capaz de expresar un significado, y que unido a un lexema modifica su definición. En muchas lenguas los morfemas generalmente están constituidos por una secuencia de fonemas, aunque en otras lenguas algunos elementos fonéticos suprasegmentales como el tono, el acento o la nasalidad pueden constituir una diferencia fonética que realiza un fonema (en estos casos los morfemas no son un fragmento separable de la palabra).

 

Tradicionalmente, se ha señalado que el morfema es la unidad más pequeña con significado de la lengua aunque dicha definición no es demasiado útil porque no aclara qué debe entenderse por significado, ni establece qué es una unidad relevante. Informalmente los morfemas se clasifican en varios tipos: morfemas léxicos o lexemas, morfemas gramaticales que a su vez se clasifican en derivativos y flexivos. Algunos autores usan el término monema para designar tanto a los lexemas como a los morfemas (gramaticales). Mientras que otros usan el término morfema para designar cualquier tipo de monema, sin importar si se refiere a un monema dependiente o no-dependiente.

 

En las lenguas flexivas los morfemas constituyen la parte variable de la palabra. El morfema, con valor gramatical, aparece siempre asociado al lexema, con valor semántico. Ambos pueden descomponerse en unidades menores: los fonemas, que no tienen significado gramatical ni semántico, y que son las unidades mínimas de la Fonología.

 

La sintaxis es una sub-disciplina de la gramática sumamente importante. Estudia la organización y el orden de las palabras en la oración, así como la relación que se establece entre esas mismas palabras, y la posición que ocupan determinadas palabras especiales.

De entre todos sus cometidos, el que es sin duda el más importante es el estudio de la posición de las palabras y su combinación. La sintaxis, como parte que es de la gramática, establece la manera correcta de formar una oración. Y hay que decir que, de la misma forma que cada idioma tiene su propia gramática, tiene también su propia sintaxis. Por ejemplo, en español toda preposición debe situarse antes de su complemento, sea del tipo que sea. Se tiene que decir en el coche; si dijéramos el coche en estaríamos cometiendo un error gramatical, o sintáctico, en este caso. El castellano, siguiendo el ejemplo anterior, es una lengua preposicional. Por eso a la hora de analizar sintácticamente una oración, suele haber dos tipos de sintagmas no verbales: los sintagmas nominales y los sintagmas preposicionales, que no son más que sintagmas nominales precedidos de una preposición.

Como veníamos diciendo, la combinación de las palabras es otro de los campos fundamentales de la sintaxis. ¿A qué nos referimos al decir esto? Pongamos un ejemplo: en castellano las palabras deben coincidir en género y número, siempre. Podemos decir el niño, la niña, los niños o las niñas, dependiendo de a quién nos refiramos. Pero no podemos decir las niño, ni tampoco el niños, ni mucho manos la niño. Y a esta regla también se apuntan los adjetivos: decimos los niños malos, pero no el niño malos ni las niñas mala.

En cuanto a los verbos, al no tener género sólo tienen que coincidir en número. Así, decimos que el niño comió y que las niñas salieron, no que los niños pensaba ni la niña corretearían. Si el sujeto de la oración es singular, el verbo de la misma debe ser singular. Y si es plural, ha de ser plural, utilicemos el tiempo que sea.

De la misma manera, es la sintaxis la que se ocupa de establecer las formas de uso de algunas formas especiales. Por ejemplo, los infinitivos. Podemos decir que él quiso salir, pero no que él evidenció salir. Determinados verbos admiten tras ellos una forma en infinitivo; otros, no. Y de estas reglas excepcionales también se ocupa la sintaxis.

También los pronombres traen ocupados a quienes se ocupan de estudiar la sintaxis. Es correcto decir la vio, pero no la pegó. Está bien dicho lo leyó y también lo abandonó, pero no podemos decir que lo cayó, ni tampoco lo sonrió.

Así que, como hemos dicho, la labor de la sintaxis es establecer el orden adecuado para que las palabras formen oraciones, y la forma correcta en que estas se combinan para mantener la concordancia. Una labor de fundamental importancia a la hora de construir mensajes comunicativos a través del lenguaje verbal. Si no ordenamos bien las palabras, es posible que nuestro interlocutor no nos entienda, a pesar conocer todos sus significados.


Conclusión


En conclusión: La morfología es una parte de la lingüística que se ocupa de estudiar la estructura interna de las palabras. De esta forma, intenta delimitar, clasificar y definir las unidades básicas que forman las palabras, los tipos de palabras que se pueden formar con ellas y los tipos de procesos por los que se forman. La segunda tarea de las citadas es la propia de una subdisciplina de la morfología llamada morfología flexiva; la tercera sería el objeto de estudio de la así llamada morfología léxica.

El término “morfología” es originario del siglo XIX, cuando empezó a emplearse para hacer referencia a “la forma de las palabras”
Así, morfología significaba en su origen “estudio de la forma”, y se podía aplicar a los animales, las plantas, las rocas, etc.
 

MORFOLOGIA LINGÜISTICA

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